Historias del trabajo de campo

Con el fin de mostrar la importancia de usar prácticas que lleven a la ubicación segura de los nuevos establecimientos de cuidado de niños, hemos destacado 3 estudios de caso que están en el manual de orientación. Estas historias ilustran la importancia de las normas para una ubicación segura y la colaboración interagencial, y los riesgos de lo que puede salir mal sin ellas.


Connecticut: Arsénico en el agua potable

El problema

Cuando en el 2012 se abrió un establecimiento de cuidado de niños en el sitio donde había funcionado una estación de servicio, en el Departamento de Salud Pública de Connecticut (CTDPH) sabían que tenían que investigar. Encontraron que el suelo contaminado y los tanques subterráneos de gasolina ya habían sido retirados en un saneamiento anterior.

Pero cuando le aconsejaron al operador del establecimiento de cuidado de niños que hiciera análisis del agua de pozo, encontraron algo que no estaba relacionado con el antiguo uso del sitio: niveles altos de arsénico que se presenta naturalmente.

La solución

El CTDPH recomendó que el operador del establecimiento de cuidado de niños usara agua embotellada para cocinar, beber y preparar alimentos, o instalara un sistema de tratamiento para reducir el arsénico a niveles aceptables. También alertó al programa de otorgamiento de licencias para operar centros de cuidado de niños en el estado de que en los pozos del área había niveles altos de arsénico que se presenta naturalmente.

Sin la participación del CTDPH, el operador nunca hubiera sabido sobre el arsénico, porque hacer pruebas para detectarlo en el agua de pozo aún no se requiere como parte del otorgamiento de licencias para operar establecimientos de cuidado de niños.


Nueva Jersey: Niveles posiblemente dañinos de mercurio

El problema

El establecimiento Kiddie Kollege Day Care comenzó a funcionar en el 2004 en un edificio contaminado que había sido una fábrica de termómetros. Durante dos años, los niños y el personal respiraron vapores de mercurio que superaban lo estipulado en las directrices de salud. Cuando se descubrió el problema, 1 de cada 3 niños y miembros del personal a quienes se les hicieron pruebas tenía niveles de mercurio por encima de lo normal en su orina.

El incidente se debió en gran medida a un quiebre en la comunicación entre las agencias a nivel estatal y local.

  • El Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey sabía que el fabricante nunca había saneado el sitio, pero no tenía una norma para compartir información sobre sitios contaminados.
  • El personal local que otorga permisos y licencias no se comunicó claramente con el Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey cuando Kiddie Kollege firmó un contrato de arrendamiento para ocupar el espacio.

La solución

Los operadores cerraron el establecimiento para proteger a los niños y el personal de los vapores de mercurio. Pero las consecuencias legales y económicas han continuado, lo que incluye 6.1 millones de dólares en costos de saneamiento y daños (pagados por el fabricante) y un acuerdo de compensación por 1.9 millones de dólares.

Como resultado del incidente, en Nueva Jersey se aprobaron reglamentaciones sobre la exposición ambiental que están entre las más estrictas en la nación. El programa ha tenido un éxito notable. Desde que comenzó en el 2007, en Nueva Jersey se han identificado 87 establecimientos de cuidado de niños donde era posible que hubiera exposiciones dañinas y había que tomar medidas, lo que se estima ha protegido a 1512 niños.


Nueva York: Niveles altos de PCE

El problema

A principios del 2002, los padres de los niños que asistían (o habían asistido) al establecimiento Tutor Time Daycare Center se comunicaron con la oficina del procurador general del estado de Nueva York. Se habían enterado de que el establecimiento estaba al lado de un sitio contaminado Superfund —Jackson Steel— y estaban preocupados por los posibles riesgos para la salud.

Al hacer análisis del aire dentro del establecimiento de cuidado de niños se encontraron niveles de tetracloroetileno (también llamado PCE o perc), una sustancia química industrial común que se usa en las tintorerías, que superaban lo estipulado en las directrices del estado de Nueva York. La EPA tomó medidas para reducir los niveles y el dueño esperaba poder abrir un nuevo establecimiento de cuidado de niños en el sitio. Pero las pruebas posteriores hallaron que, aunque la calidad del aire había mejorado, los niveles de PCE aún eran más altos de lo estipulado en las directrices del estado de Nueva York.

La solución

Con base en los resultados de las pruebas, el Departamento de Salud del Estado de Nueva York se comunicó con el Departamento de Servicios para la Infancia y la Familia. Se recomendó no otorgar una licencia para abrir un establecimiento de cuidado de niños a menos que los problemas de la calidad del aire se resolvieran por completo. En el 2003, el Departamento de Servicios para Niños y Familias siguió el consejo y le negó el permiso al dueño.

Esta página fue revisada el: 25 de octubre de 2018